Pobres entre los pobres, los habitantes del Sacromonte, los gitanos desheredados, siempre gozaron de una riqueza que nadie más disfrutaba: Ver la Alhambra al atardecer, con pinceladas de mil colores en el cielo mientras en el aire flotaban las notas de una zambra lejana.
Frontón Beti Jai
Hace 5 meses
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